todo se reduce a lo que me das
a ese infinito número de abrazos
que nunca estuvieron
que siempre murieron
enredados
y ahora que es tarde, aparecés
pero muy débil, quiero insultarte
y tenerte cerca, mucho más
como si nunca
poder entenderte sin que digas
poder entregarme sin sentirme
frío, falso, distante
ojalá, pero no
cortaron el cordón
y lloré
jueves, julio 21, 2005
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2 comentarios:
El gusto es mío, disfruto mucho de tu blog y seguiré visitándolo asiduamente. Es más, si supiera cómo, te linkearía.
Has acertado, soy rioplatense (argentino pero no porteño), por ahora en Madrid pero con fecha de caducidad.
Acepto el brindis propuesto y lo extiendo a tu salud!!
El hilo es fino e invisible y, aunque lo creas cortado, destruído, roto, siempre está ahí tironeando, ejerciendo la fuerza de atracción centrífuga. Y es mejor. El calor es bueno.
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