viernes, agosto 11, 2006

¡nos entregamos!

hay un peñasco apuntando al cielo
y no es una cruz
no es un signo sagrado

congelado el labio no puede escupir
la herida roja sobre el sur rosado
húmedo, gastado

el pecho frío boca abajo
de cara a la roca, tierno marfil
duelo de dos seres muertos

faltos de ropa
ajenos al tiempo
sin dolor en los ojos
nos entregamos